EN BICICLETA POR PALMA, UNA CIUDAD ABIERTA AL MAR

Mar, sol y bicicleta. Palma de Mallorca es una ciudad que desprende magia y luz, hecha a medida tanto para el turista que se escapa un par de días buscando relax a orillas del Mediterráneo como para el curioso que desee disfrutar de una auténtica visita cultural. Una ciudad idónea para disfrutar en bicicleta.

La capital de las Islas Baleares es una ciudad de marcado carácter multicultural, pues confluyen y perviven en ella los símbolos de una gran variedad de pueblos que han habitado en la isla a lo largo de su historia. Palma es una ciudad que, con más de 700 calles en su centro histórico, merece ser recorrida en bicicleta, con detenimiento para apreciar y disfrutar de cada uno de sus más recónditos lugares.

Palma es una ciudad completa que ofrece múltiples posibilidades y sin duda alguna no hay mejor manera para deslizarse por sus laberínticas calles y dejarse llevar por su esencia que a través de un paseo en bicicleta. El viajero podrá recorrer montado en su bicicleta el casco antiguo mientras va descubriendo los peculiares edificios que lo conforman, así como sus monumentos, que recogen la evolución de las diferentes tendencias estéticas que caracterizan a la isla balear. Nada mejor que partir nuestro recorrido por Palma con nuestra bicicleta desde la plaza de la Reina y escoger nuestro propio itinerario. Pedalear por los Jardines de s'Hort del Rei y continuar subidos en nuestra bicicleta hasta llegar a la antigua Muralla es una opción más que acertada para conocer Palma. Todo ello sin obviar la imponente Catedral gòtica, desde la que obtendremos una panorámica del Parc de la Mar, el Espacio Cultural de Ses Voltes y la Badia. De paso obligado en nuestra ruta en bicicleta son el ‘Palau de l'Almudaina’, el ‘Palau Episcopal’ y ‘el Museu de nines antigues’. Más tarde, pedaleando con nuestra bicicleta por la calle Palau Reial, llegaremos a la plaza de Cort, donde podremos aparcar la bicicleta y contemplar su emblemático Ayuntamiento.

Pero Palma se ha transformado con el paso del tiempo en una ciudad urbana, moderna, cosmopolita y ofrece numerosas propuestas adaptadas al viajero que desee conocer la ciudad en bicicleta. Una oferta cultural vigente durante todo el año que incluye desde un paso por el Modernismo en el majestuoso Palacio March pasando por la visita al Convento de ‘les Monges Caputxines’ o por los baños árabes hasta toda una oferta comercial en restaurantes y tiendas en las que el visitante podrá disfrutar aparcando por unos instantes su bicicleta en los numerosos puestos dispuestos para ello y pasar la tarde haciendo shopping.

Aunque sin duda alguna, Palma es una ciudad abierta al mar, recorrer en bicicleta sus paseos marítimos es sin duda alguna la mejor de las opciones. Las playas de Palma son hermosos tramos de arena dorada y blanco perla que encandilan al visitante. Un lugar privilegiado en el que disfrutar pedaleando en nuestra bicicleta, solos o con la mejor compañía. En dirección al mar y siempre montados en nuestra bicicleta, llegaremos a la antigua llonja del pescado, acabando nuestro recorrido en bicicleta por la zona con la visita a la cripta y nuestra particular recomendación de entrar al Museo de ‘l'església de la Santa Creu’. De parada obligatoria son el Castillo de Bellver y el Museu d’Art Espanyol Contemporani, que alberga obras de Picasso y Dalí.

Una amplia oferta en la que descubriremos una Palma divertida, combinada con el placer de ir en bicicleta. Y es que como decía Hemingway “Yendo en bicicleta es como mejor se conocen los contornos de un país, pues uno suda ascendiendo a los montes y se desliza en las bajadas”

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